El
pasado día 18 (lunes); empezamos el nuevo curso de monitor@s;
Lo
mejor de los comienzos, es que aunque el curso es el mismo, todo es diferente,
caras nuevas, nuevas ilusiones, miedos, risas, nervios; aunque ell@s no lo
crean, tanto de ellos como míos; porque nunca sabes como van a ir las cosas.
Las
primeras veces, siempre son irrepetibles (sean buenas o malas); pero jamás
vuelven, aunque... ¿Quien dijo que las segundas partes eran malas?
Cuando
las luces se encienden, la risa es continua; vuelvo a ver ese brillo que vi en
su día, en otras personas diferentes, pero a la vez tan iguales de llenar su
tiempo de diversión mientras realizan "un curso", el cual les
sorprende que sea divertido, y no el mismo rollazo de copiar, copiar y copiar y
ver como la profesor/a de turno te da la charla y tira.
Es
gratificante saber que disfrutan de lo que hacen, más, cuando el curso lo das
tú, cuando tú eres esa profesora, aunque lo único que intentas es transmitir a
quien tienes delante la pasión, el amor, la responsabilidad y la dedicación que
se necesita tener para trabajar con personitas pequeñas, que aunque creemos que
es "no hacer nada", es el trabajo más tenso (ehhhh Trini); que hay, y
aunque es el trabajo más maravilloso del mundo; el día que empiezas, estás
deseando terminar... sé que suena mal, pero, solo quiero que termine para saber
que todo ha ido bien, que las familias están contentas, que los niños/as
disfruten del verano, ya que, puesto que tienen que pasar todo el verano en el
colegio, lo "mínimo" es que sea una experiencia entrañable.
Llevo
casi una semana con chicos y chicas se pasan 4 horas todas las tardes, y sabiendo
que tienen que pasar fines de semanas realizando un curso, para poder tener la
posibilidad de trabajar rodeados de niñ@s, sabiendo
que van a estar uno de esos meses sin cobrar; y aun así, lo hacen; han dejado
de hacer otras cosas para hacer esta, y eso... ya merece una recompensa.
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